ABEL QUIÑÓNEZ, ‘EL CUPIDO METICHON’

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‘Si me permiten hablar’. Voces de la Radio. Crónicas de un locutor y periodista.

Por: Agustín Torres Sotomayor.

La historia de vida de mi compañero locutor Abel Quiñónez López, es un manantial donde pueden abrevar las voces nuevas de la radiodifusión, también es el ejemplo de superación de la cultura del esfuerzo, soñar desde la pobreza para alcanzar la cima del éxito.

Esta crónica es un homenaje para ti Abel, que nos has demostrado que cuando se quiere, se puede.

Abel Quiñónez López, fue el quinto hijo del matrimonio formado por don Juan Manuel Quiñónez Castro y la señora Ana María López Landa ‘doña Nica’, quien tenía ascendencia china.

Fueron esos ojos orientales los que lo convencieron.

En medio de aquel rancho conocido como Cubiri de Portelas en el municipio de Sinaloa de Leyva, crecieron los nueve hijos de aquel matrimonio; Adolfo, que era el mayor, le seguía Rudibaldo, Juan Manuel, Leonel, Abel, Aracely, Luz Bertila, Ernesto y Guadalupe.

Abel Quiñónez López nació un viernes 14 de septiembre de 1963 en una casa de paredes de adobe en Cubiri de Portelas.

Ese año el Gobernador Constitucional del Estado de Sinaloa era el ahomense Alfredo Valdez Montoya y el Presidente Municipal sinaloita, don José Rosario Valenzuela López, quien no pudo igualar ‘la vara’ que le dejo su antecesor, el profesor Daniel Gámez Enríquez.

Los Quiñónez López eran una familia muy pobre y numerosa, como eran todas las familias de la época.

Don Juan Manuel se dedicaba a la agricultura y a las labores del campo, las dificultades eran enormes para poder alimentar nueve hijos, por esa razón emigraba a Estados Unidos para trabajar como bracero. 

Hacia lo que podía para mantener a sus hijos.

El pequeño Abel al igual que sus hermanos, estudio la escuela primaria ‘Benito Juárez’ de Cubiri.

Don Juan Manuel que no sabía leer, fue un padre muy estricto, corregía a sus hijos varones a ‘varejonazos’, a ‘cintarazos’.

Era su forma de educar a sus hijos y prepararlos para enfrentar un mundo difícil.

‘De todos mis hijos, tú eres el más chaparrito, cuando trabajes en la ‘pizca’ de algodón, o en el tomate no te va a ‘rendir’ la jornada para llenar los costales, así que mejor dedícate al estudio’, le insistía su padre.

Muy pequeño, Abel se dedicó a las labores del campo o a cortar leña en el monte para vender ‘las cargas’ y asi apoyar a la economía familiar.

En 1970 Abel Quiñónez ingreso a la escuela secundaria ‘Luis Abad Montes de Oca’ de Sinaloa de Leyva.

Ya para entonces aquel adolescente trabajaba en las fiestas de ‘Santa Rita de Casia’, la santa patrona de Cubiri de Portelas, cuyas fiestas tradicionales se llevan a cabo el 20 de mayo.

Fue en la secundaria se apuntó en el Taller de Electricidad, de donde egresaría como electricista ‘aprendiz’.

Esos fines de semana que se iba en la ‘troka’ que llevaba jornaleros al campo Wilson, conocido actualmente como Estación Bamoa, donde había dos grandes agroindustrias; las empresas trasnacionales; ‘Pando’ y ‘Herdez’, que sembraban cientos de hectáreas de tierra con cultivos de algodón, chícharo, melón, tomate entre otros productos que enlataban.

Como decía su padre, al Abel tal vez no le rendía ‘la pizca’, pero sobresalía porque no tenía descanso, era muy trabajador. 

Estudiaba segundo año de secundaria, cuando un acontecimiento enluto a la familia Quiñónez López.

Don Juan Manuel sufrió un infarto al miocardio mientras comía con sus hijos.

La muerte de su padre marcaría de por vida al locutor. 

Mi padre me enseñó a ser el mejor.

Era el año de 1976, Abel Quiñónez había cumplido trece años recientemente. 

Mejores Horizontes

Cuando termino la secundaria, Abel Quiñónez López se fue a Los Mochis a vivir con su abuela materna Mariana López y sus tíos Raúl, Octavio y su tia ‘Chayo’ en la casa de madera ubicada en la esquina de las calles Nayarit y Zacatecas de la colonia ‘Estrella’.

Su abuela doña Mariana López, hacia el aseo en la casa de don José Coblan, que era el dueño de los terrenos donde hoy se asientan las colonias; ‘Estrella’, ‘Ayuntamiento 72’, ‘El Chamizal’ y ‘San Francisco’.

Esos terrenos eran extensos sembradíos de caña para el ingenio azucarero.

Aquel rico agricultor tuvo solo dos hijos, el mayor estaba preso en el penal federal de las ‘Islas María’ por delitos de narcotráfico, camino que seguiría después Vicente, su hijo menor. 

A ambos los perdió.

Así se lo expresaba a sus tíos Octavio, que era el velador de los terrenos que en 1983 se empezaron a fraccionar y a Raúl, que era quien media los solares que estaban a la venta.

La casa de su abuela Mariana era una construcción de madera de un solo cuarto donde estaba la cocina y tres camas. 

Abel Quiñónez López dormía en un desvencijado catre de jarcia ‘deshilachado’ debajo de un tejaban de lámina donde su tío Octavio guardaba la camioneta, afuera de la casa.

Don Octavio López se levantaba a las cinco de la mañana y el ruido de aquel viejo motor, despertaba al adolescente de Cubiri de Portelas.

La llegada a la XECF

Abel Quiñónez se inscribió en la preparatoria de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) y simultáneamente, a través de su tío Raúl, llego a la radiodifusora XECF ‘radio Impactos’ de don Pancho Pérez Alvarado.

Raúl López organizaba bailes de especulación en las comunidades de Ahome y El Fuerte pues era representante del grupo ‘Los Cervantes de Sinaloa de Leyva’ de mi tocayo Agustín Cervantes Berrelleza, ‘Los Hermanos Castro de Sinaloa de Leyva’, grupo ranchero de don Ramón Castro y de los inolvidables y famosos cantantes Octavio Norzagaray y Lalo ‘el gallo’ Elizalde.

Raúl era muy amigo de mi compañero locutor de la XECF Gilberto Cruz, quien además era encargado de grabaciones de publicidad y además tenía dos carros de sonido para el ‘perifoneo’.

Don Pancho necesita un muchacho que haga el aseo en la radio, ¿conoces a alguien que quiera trabajar?, le pregunto el esposo de Mary Chairez a Raúl López.

Si, a mi sobrino respondió.

Así fue como Abel Quiñónez López, llego a la radiodifusora XECF ‘radio Impactos’, haciendo el aseo con escoba y trapeador en mano. 

Mi compañero locutor Elías Angulo Cazares, quien era Secretario de Trabajo del STIRTT, fue quien le ofreció hablar con don Pancho Pérez para conseguirle que empezara a realizar prácticas de locutor en cabina.

Solo había en la difusora dos practicantes; Carlos un hermano de Mary y Norma Chairez, esta última era la programadora o directora artística de la estación de radio y estaba practicando Héctor el muchacho que hacia los trabajos de limpieza en casa de don Pancho Pérez y doña ‘Tey’ Robles de Pérez.

Los programas de ‘radio Impactos’ donde practicaban se llamaban; ‘Fuego al Aire’ y ‘La hora de la plebada’, que conducía mi compañero locutor Manuel Hernández. 

Debut y despedida

Seria en este último programa donde empezó a hacer sus prácticas de cabina mismas que realizo durante seis meses Abel Quiñónez López, pero un acontecimiento le causo frustración. 

A pesar de que tenía la autorización del dirigente del STIRTT Octavio Ibarra Cota, la animadversión del Ing. Javier Pérez Robles, hijo de don Pancho Pérez, le impidió abrir el micrófono como lo hacían los otros dos practicantes.

Inexplicablemente, Javier Pérez sin motivo aparente lo despidió del trabajo en la radiodifusora bajo el argumento que a don Pancho ‘no le gustaba como hacia la limpieza de la radiodifusora’.

Eran los últimos años de los tiempos de oro de la radiodifusión.

Las audiencias las peleaban la radiodifusora XEPNK ‘canal 88’ del grupo Promomedios Mochis de don Roque Chávez Castro, con el programa ‘La Hora Menuda’ que un servidor conducía y que tenía el primer lugar de ‘ratting’ en todo el noroeste de México consignado por la empresa consultora INRA y el programa ‘La Hora de Los Chamos’, el grupo venezolano que competía con el grupo Menudo. 

El programa lo conducía mi compañero locutor Alfredo Padilla Fierro en la radiodifusora XECW ‘radio Variedades’ del grupo OIR y aparecía con bajos puntajes. 

Ya para entonces aquel joven de Cubiri de Portelas, Sinaloa de Leyva, había ingresado a la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) para cursar la carrera de Ingeniero Topógrafo Geodesta, que solo era de tres años y con la cual podría trabajar profesionalmente para ayudar económicamente a su madre y a sus hermanos.

En XEORF ‘radio Voz’

El estudiante universitario Abel Quiñónez López, se ganó la confianza del director de la Facultad de Ingeniería de la UAS.

Era a quien enviaba la institución para hacer las mediciones cuando se inició la construcción de la clínica número 36 del IMSS (el seguro nuevo).

Aquel muchacho que había trabajado en la ‘pizca’ de algodón estaba demostrando mucha capacidad.

El locutor de la XETNT ‘radio 65’ y publicista Lorenzo Torres, fue quien recomendó a Abel Quiñónez con don Iván Puente, era gerente de la radiodifusora XEORF ‘radio Voz’ que era propiedad del periodista Héctor ‘el metro’ Uribe y del Senador cetemista Salvador Esquer Apodaca.

La radiodifusora la habían comprado a don Francisco Aguirre, dueño del Grupo Radio Centro.

Abel empezó como encargado de cobranza de esa estación radiodifusora y al mismo tiempo empezó también a hacer prácticas de locutor, aquí sí lo hizo con micrófono abierto al aire gracias al inolvidable Adán Puente.

La prioridad en la vida para Abel Quiñónez López seguía siendo su carrera universitaria.

La llegada al ‘Canal 88»

Ese año Abel Quiñónez se encuentra con el profesor y locutor Elías Angulo Cazares, quien era Secretario General del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Radiodifusión, Televisión y Telecomunicaciones Sección Los Mochis-El Fuerte (STIRTT).

Se va a ir el compañero Agustín Torres Sotomayor a la política al municipio de El Fuerte, Agustín deja la radio, ¿te interesaría entrar en su lugar? Le dijo el conductor del célebre programa radiofónico ‘La hora del Conejito Brincador’.

La radiodifusora XEPNK ‘Canal 88’ era la que tenía la mayor audiencia, la que estaba de moda no solo por mi programa ‘La Hora Menuda’, también por el excelente trabajo de mis compañeros locutores Irma Cota Soto, Jesús Álvarez Palafox, creador del programa ‘La Polilla’ y Mario Lugo Favela.

Abel Quiñónez López no lo pensó dos veces.

Fue en la XEPNK ‘canal 88’ donde crearía el programa ‘La hora del Cupido Indiscreto’ con el ‘Cupido Metichon’.

El programa que junto con ‘La Hora Menuda’, llegaría a ser el más escuchado en la historia de la radiodifusión en Sinaloa.

Pero la continuación de esta historia se las relatare en la próxima entrega.

Imagen

Las fotos que les comparto son don Juan Manuel Quiñónez Castro y doña María Inés López Landa, padres de mi compañero locutor Abel Quiñónez López.

En la segunda foto aparecen de izquierda a derecha mis compañeros locutores de XEPNK ‘canal 88’; Irma Peñuelas Castro ‘Irmita’, Guadalupe Padilla, Abel Quiñónez López y Alberto Arámbula Arámbula ‘el pity’

Oído por Casualidad

El Secretario General Octavio Ibarra Cota ya no busco un tercer periodo al frente del STIRTT.

Su primer periodo fue en la administración 1970-1974.

Le ganó la elección del STIRTT con un voto a Juan Contreras Sarellano en 1986, pero al culminar su periodo en 1989 ya no quiso reelegirse.

Quería dedicarse a su trabajo como locutor en la radiodifusora XEHS ‘radio Ambiente’ del Ing. Manuel Francisco Pérez Muñoz.

Quería continuar como Cronista Oficial del equipo de beisbol ‘Cañeros de Los Mochis’ pero sobre todo deseaba tener más tiempo para sus hijos y sus nietos.

Cuando Alfredo Padilla Fierro se lo pregunto, Octavio le dio ‘luz verde’.

Lánzate, pero que gane democráticamente a quien elija la asamblea, le dijo.

Así fue como en 1989, siendo Abel Quiñonez Lopez el locutor más famoso del noroeste de México gracias a su programa ‘La Hora del Cupido Metichon’, el de Cubiri de Portelas, se incorporó activamente a la promoción político electoral de su candidato a la dirigencia del STIRTT Alfredo Padilla Fierro.

Con el triunfo del locutor de la XECW ‘radio Variedades’, aquel nacido en Tabucahui, Choix y criado en Ciudad Obregón, Sonora, nombro Secretario de Organización de su planilla a Abel Quiñónez López.

Una raya más al tigre

Como Secretario de Organización del STIRTT, mi amigo y compañero locutor Abel Quiñónez López, organizo un baile de especulación en el terreno donde años atrás había estado ubicada la empresa Pepsi-Cola, local que se habilitó para bailes y que se conoció después ‘La Pepsi vieja’.

 De esa actividad del sindicato donde trabajaron mis compañeros locutores de manera gratuita hubo una ganancia neta de 80 mil pesos, una entrada de gente histórica que rompió récord en beneficio del STIRTT.

La publicidad en todas las estaciones radiodifusoras de ese baile no costo ni un centavo, los 80 mil pesos eran ‘libres’, ‘limpios de polvo y paja’ para nuestra gloriosa organización sindical.

El entonces Secretario General del STIRTT Román Alfredo Padilla Fierro cito al Secretario de Organización Abel Quiñónez López.

¿Como salimos?, ¿De cuánto fue la ganancia?, pregunto el de Tabucahui, Choix

Limpios, limpios, sacamos ochenta mil pesos para el STIRTT, respondió Abel Quiñónez.

En la próxima asamblea sindical no reportes ochenta mil pesos de ganancia, di que fueron ocho mil pesos, ordeno Padilla Fierro.

¿Pero cómo?, le respondió ‘el Cupido Metichon. 

Yo no puedo hacer eso

Sería un engaño y un robo

Lo vas a hacer porque yo te lo ordeno, le respondió Alfredo Padilla

Para eso te puse como Secretario de Organización

Para que me obedezcas

¿Y los setenta y dos mil pesos que va a pasar con ellos? Preguntó ingenuamente el Secretario de Organización.

Ese dinero me lo vas a dar a mí, lo voy a depositar en mi cuenta, respondió muy fresco el dirigente sindical.

No, yo no voy a hacer eso, insistió en su negativa Abel Quiñónez.

Eso es un robo

Entonces óyelo bien, si das a conocer la cantidad real, yo me voy a encargar de sacarte de la radio, sentenció iracundo y amenazante Alfredo Padilla.

Cuando Abel Quiñónez López anuncio en la asamblea sindical que el STIRTT había obtenido en el baile 80 mil pesos de ganancias, los compañeros locutores se pusieron de pie y lo aplaudieron.

Fue cuando inicio Padilla Fierro la persecución contra Abel Quiñónez quien renuncio a la Secretaria de Organización del sindicato, entonces la radiodifusora XEPNK ‘Canal 88’ era parte ya del Grupo OIR.

Siendo dirigente del STIRTT Alfredo hizo alianza con el nuevo gerente, un ‘tipejo’ llamado Orlando Navarro que había nombrado desde México el Grupo Organización Impulsora de Radio (OIR).

El nuevo gerente del grupo corrió literalmente a Abel Quiñónez López de la radio aun estando en primer lugar de audiencia.

Ya sin trabajo, ‘Miky’ Balderrama, dueño de la discoteque ‘Morocco’, recomendó a Abel Quiñónez con el Ing. Manuel Francisco Pérez Muñoz para que se incorporara como locutor a una de las radiodifusoras del Grupo RSN.

Meses después Alfredo Padilla Fierro tuvo una penosa enfermedad que lo postró en cama.

Abel Quiñónez decidió ir a su casa en el fraccionamiento ‘El Parque’ para que le diera su autorización de abrir micrófonos en RSN.

Carmina Balderrama, madre de los hijos de Alfredo Padilla; Román y el ‘Alfredin’, recibió a Abel Quiñónez en su casa.

Cuando Abel le pidió a aquel hombre postrado en cama que le diera la oportunidad de incorporarse como locutor a RSN

Aquel le respondió lleno de odio

Jamás regresarás a la radio mientras yo sea Secretario General del STIRTT.

Hazle como quieras, jamás lo conseguirás

Tengo el apoyo de Nezahualcóyotl de la Vega y del Licenciado Juan S. Millán

Ellos me apoyan y me protegen

Jamás regresarás a la radio aquí en Los Mochis.

Como la muerte anunciada, la amenaza se cumplió.

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