La clave para el éxito de una estación es el trabajo en equipo

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Cada integrante de una emisora tiene habilidades muy diferentes, sin embargo, el hecho de ser experto en una de ellas puede hacer que tengas mucho éxito. Otro punto importante para conseguir mayor audiencia es lograr ser un gran animador. Los buenos directores de programas entienden que lo mismo ocurre con los presentadores de radio. 

Algunos son comunicadores increíbles, otros son técnicamente excelentes en el estudio, otros son grandes conferencistas, otros simplemente son fuertes en las redes sociales, o están en su mejor momento frente a un público en vivo. Cada uno es único y no se necesitan todas las herramientas para tener éxito. 

El trabajo de los programadores es ayudar a identificar y maximizar los puntos fuertes de cada presentador. Al igual que en las grandes bandas, los locutores fuertes se complementan entre sí, aportando diferentes talentos al sonido de la emisora.

Es la preparación y el esfuerzo previo al espectáculo lo que hace la magia. Las emisoras tampoco llegan a los niveles más altos sin tener grandes canciones que hayan sido probadas. Pero una vez que las canciones están bloqueadas en el programador de música y el contenido está bloqueado, se convierten en el fondo de los grandes talentos al aire que en su lugar se centran en la personalidad, la imagen, las promociones, y otros elementos que elevan la estación más allá de lo que la música por sí sola puede hacer.

En el momento que el índice de audiencia no es tan fuerte como se esperaba, o el talento está trabajando en horarios en los que hay muy pocos oyentes. Los grandes directores de programas saben que es importante mantener una actitud positiva, animar al personal a seguir haciendo el mejor contenido posible y centrarse en la idea de que cada persona cuenta. Así es como incrementa su público.

Lo mismo ocurre con los presentadores de radio. Aunque se espera que entren en el estudio de radio todos los días y ofrezcan un programa increíble y entretenido, muchos sufren las mismas consecuencias que los oyentes. Los directores de programas empáticos no sólo entienden que los presentadores tendrán altibajos inevitables, sino que también saben cómo apoyarles y ayudarles a mitigar las malas rachas, al tiempo que aprecian los buenos momentos.

Los directores de programas inteligentes saben que el personal de la emisora no necesita enterarse de todos los problemas y cuestiones de la emisora. Las quejas sobre los presupuestos, los problemas de ingresos, las políticas de la empresa, el departamento jurídico o la última idea descabellada del consultor no tienen por qué ser preocupaciones compartidas que sólo sirven para desquiciar al personal. Los mejores programadores aíslan al personal de las presiones internas y externas para que tengan mayor rendimiento.

Un consejo tanto para el talento como para los directores de programa es asignar una cantidad mínima de recursos, ya sean entradas para un concierto o un premio por parte de la emisora, para incentivar a los oyentes a crear contenidos para la estación puede dar lugar a algunos de los momentos más memorables que se puedan imaginar. Por ejemplo, en los años 90, cuando las emisoras ofrecían premios en metálico al oyente que encontrara la forma más creativa de exponer el logotipo de la emisora, y funciona hoy en día, cuando las redes sociales han dado a los oyentes su propia audiencia.

Y por último, se tiene que apreciar a todas las personas que están detrás de escenas, ya que se necesitan decenas de expertos que a menudo la gente no ve para producir una gran experiencia de programa radiofónico. Recuerda que es un esfuerzo de equipo producir y vender un producto competitivo las 24 horas del día y los 365 días del año.  

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