¡Mastícala bien y escúpela mejor: cronistas deportivos en acción!

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Los cronistas deportivos son para la radio como las cebollas, la sal y la pimienta en una buena parrillada: dan sabor y sazón.

El cronista y el narrador deportivos, además de conocer las reglas de los deportes, las estadísticas y los resultados de las contiendas, deben aplicar muchas más habilidades para capotearla en el ruedo:

  • Sinónimos, antónimos y superlativos: Un buen narrador de deportes requiere ser un libro abierto, como diría la canción, pero sobre todo necesita enriquecer con un rico vocabulario su narración. Para la radio es importante el uso de sinónimos que ilustren cada jugada, partido y contienda deportiva.
  • El cronista deportivo, a diferencia del narrador de deportes, ha de ser un testigo cronológico de lo que sucede en el campo deportivo. Siempre ha de tomar conciencia de la temporalidad del suceso, debe ir del hecho uno al hecho dos, al tres, y así sumar acciones para contarnos de principio a fin lo sucedido.
  • Un narrador de deportes, a diferencia del cronista, puede olvidarse del minuto exacto de la acción, y normalmente se concentra en la descripción de cada jugada, cada lance, e incluso da a la audiencia una descripción de todo lo que rodea al hecho deportivo en sí mismo.
  • Es verdad que muy comúnmente los cronistas y narradores de deportes en la radio y la televisión demuestran tener memorias fuertes y ágiles. Hoy, gracias a los buscadores y la nube de datos, ya no requerirían almacenar en sus mentes cifras estadísticas, anécdotas históricas, pueden goooglear y enriquecer con numeralia sus narraciones y crónicas deportivas; sin embargo, se antoja atesorar en la mente de cada narrador deportivo sucesos que se relacionan con el deporte que estén describiendo, pues además de enriquecer al escucha, nos otorgan el gozo de recordar las mejores jugadas.
  • Un buen narrador deportivo se apoya en la ilustración de sus ideas, en silogismos, en metáforas para dar color a sus descripciones. Así, hay palabras que se relacionan con las narraciones deportivas que no son del deporte, pero que han aportado sin duda mucho color al deporte de expectación como: gesta, combatientes, aguerridos; luchadores, campeones, victoriosos y aún semidioses, héroes o vencidos. Todas palabras que invitan a la competencia deportiva.
  • El narrador de futbol, de boxeo, de carreras e incluso los cronistas de deportes de alto riesgo generan en la audiencia expectativa, emoción, y han de despertar la adrenalina y un ritmo narrativo peculiarmente ágil, veloz y a la vez narrativo y seguro. Además de buen narrador, el cronista de deportes ha de impulsar con energía y en alto sus dichos.
  • Y por último, el cronista deportivo por naturaleza es polémico, pone en tela de juicio lo que vio el árbitro, los jugadores y hasta sus compañeros de mesa de análisis; un elemento rico del cronista de deportes es que abre la mente a la descripción de posibles finales hipotéticos en cada jugada, sobre todo cuando ésta despierta diferentes posturas entre los narradores, entonces entra la candela deportiva, que en ocasiones, incluso, se pone mejor que lo que vemos a nivel de chancha.
  • El cronista deportivo es un jugador más en la cancha, es un acelerador de lo que allí acontece, al grado que en ocasiones es más movidito lo que escuchamos y vemos narrado a través del ingenio del narrador deportivo que lo abultado del marcador final. ¿A poco no?

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